Cursos de chino (mandarín) aplicado a business en China

Después de mantenerse al margen del resto del mundo durante más de 30 años, China ha hecho una entrada radical en la modernidad. “Cuando China despierte… el mundo temblará” decía el ministro francés Alain Peyrefitte, en 1973. Esta predicción, hoy por hoy no deja dudas. Economía de mercado, ciudades en construcción, erizadas por grúas y rascacielos vertiginosos. Exportaciones que inundan el planeta, comidas rápidas a la europea… China está abierta, pareciendo cada vez menos desconocida, cada vez menos lejana y todo da para pensar que se empieza a parecer, cada vez más, a los otros países. En energía y ambición, también.

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Sin embargo China no nació en 1992. Se especula, se cree conocerla, pero muy a menudo se olvidan sus 3.500 años de historia… Los programas de estudios de idiomas en China se multiplican porque bien se sabe que deberá contarse con el “Imperio del Medio”, en el escenario económico internacional. Al llegar a China, todas las ideas preconcebidas desaparecen ante su pasado varias veces milenario y ante su increíble abanico de atractivos turísticos y culturales. La China histórica fascina. La China indomable hipnotiza. Una mirada a los transeúntes, la China ultramoderna se encuentra en todas partes. Un viaje lingüístico en este país permite medir todo el camino recorrido por una de las más antiguas cunas de la humanidad, para de este modo descubrir que este país guarda un tesoro igual de invaluable que sus dragones inmemorables, el pueblo chino. Valiente, entrañable, generoso, le reserva un recibimiento inolvidable. “Un visitante venido de lejos es un regalo delicado, una fiesta magnífica”, las palabras de Confucio jamás han estado más vivas…