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Bélgica
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No es una coincidencia que en este país, ubicado en el corazón de Europa y que comparte fronteras con Francia, Holanda, Alemania y Luxemburgo, sea la sede de la mayoría de instituciones europeas, que tienen sede en Bruselas. Convertida en una monarquía constitucional desde 1.830, Bélgica ha sido influenciada a lo largo de su historia por diferentes culturas: austriaca, española y, sobre todo, francesa y holandesa. Tampoco es de extrañar que este país tenga tres idiomas oficiales: el neerlandés, el francés y el alemán. Además de ello, algunas comunidades lingüísticas, como los valones francófonos y los flamencos quienes hablan neerlandés, también tienen ciertas diferencias.
Es muy agradable vivir en este país con geografía bella y variada, con su vista al mar de 67 km de largo en el Mar del Norte, su gran meseta central, sus magníficos valles del río Sambre y del Mosa y las colinas y bosques llenos de verdor en la región de Ardenas.
En Bélgica se preparan más de mil variedades de cerveza diferentes. También se producen exquisitos chocolates que no tienen nada que envidiarle a los mejores chocolates suizos y se disfruta la deliciosa especialidad local: los mejillones con patatas fritas. Bélgica es un pueblo amable que mantiene intercambios culturales y comerciales fructíferos con sus vecinos. Adicionalmente, es una tierra de artistas que han marcado su época: la pintura flamenca del Renacimiento todavía tiene muchos admiradores, así como el surrealismo que es por así decirlo “el alma belga”. Tampoco se debe olvidar al caricaturista Hergé, padre de “Las Aventuras de Tintín”, que acompañaron la infancia de muchos. Como Tintín, viaje para explorar el idioma inglés y sus misterios… ¡en Bélgica!
En Bélgica se preparan más de mil variedades de cerveza diferentes. También se producen exquisitos chocolates que no tienen nada que envidiarle a los mejores chocolates suizos y se disfruta la deliciosa especialidad local: los mejillones con patatas fritas. Bélgica es un pueblo amable que mantiene intercambios culturales y comerciales fructíferos con sus vecinos. Adicionalmente, es una tierra de artistas que han marcado su época: la pintura flamenca del Renacimiento todavía tiene muchos admiradores, así como el surrealismo que es por así decirlo “el alma belga”. Tampoco se debe olvidar al caricaturista Hergé, padre de “Las Aventuras de Tintín”, que acompañaron la infancia de muchos. Como Tintín, viaje para explorar el idioma inglés y sus misterios… ¡en Bélgica!
